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Sala de Audio - August 30, 2011

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Citando a Galileo, no al renacentista si no al sonidista, al inicio de esta conferencia mensual de la AES-México: "El 50% del cine es el sonido. No solo eso: el 90% por ciento del sonido para películas, son los diálogos." El trabajo que se hace sobre los diálogos es ingrato ya que debe ser imperceptible; deben fluir como en una conversación natural. Si hubo una mala grabación de los diálogos en directo, es probable que no se puedan recuperar, o que el escucha note algo extraño. Es muy común que se tenga el concepto erróneo de que todo se puede arreglar en post-producción. Ésto no solo desperdicia tiempo, si no también dinero.

Para evitar estas situaciones, hay varías herramientas que podemos usar a nuestro favor: el famoso micrófono de condensador con una caña (boom pole) para que lo podamos sostener desde lejos, quedando cerca de la fuente de sonido, y sin estorbar a la toma. Este micrófono usualmente tiene un patrón polar cardioide, supercardioide o hipercardioide (shotgun). A su vez, la caña puede contar con una suspensión ó shockmount. Es un accesorio donde se coloca el micrófono para reducir la transmisión mecánica. También se utiliza un kit de micrófonos Lavalier, muy pequeños y fáciles de esconder. Su transmisor (Tx) y su receptor (Rx) transmiten mediante frecuencias de radio, por lo que es conveniente apagar teléfonos celulares y evitar zonas electromagnéticas.

El boom le permite al sonidista captar los planos sonoros definidos por la cámara, y con ayuda de los ambientes, se crea una ilusión sonora que le da profundidad a una imagen plana en una pantalla. Además con la caña debemos mantener el micrófono posicionado con la persona que habla. A esto se le llama estar en eje. Los micrófonos Lavalier son mejores para capturar los diálogos, al estar tan cerca de la fuente. Los diálogos, a diferencia de los ambientes, se graban en formato mono .Por lo general se mantiene una mezcla entre la información capturada por el micrófono de caña, y los micrófonos Lavalier.

Para obtener un buen sonido directo en locación podemos comenzar por ir al scouting que haga el director de la película con su staff a la locación para saber a qué retos nos vamos a enfrentar el día de la grabación y poder prepararnos mejor. Se aconseja llevar un resorte para amarrar el transmisor del Lavalier al cuerpo del actor y que no estorbe. Para la misma función podemos conseguir Micropore color carne o transparente, para pegárselo en la piel.

El control acústico de el espacio es muy importante ya que puede haber problemas a 360º como por ejemplo la resonancia, que es un problema que no podrá ser arreglado en la post-producción. Buscar el control acústico del lugar nos ayudará a limpiar los contaminantes de sonido, y a poder controlar los sonidos en distintas situaciones. Esto es muy importante ya que se deberán eximir muchos de los sonidos naturales para después ser recreados en foley y tener las voces separadas de estos para crear lo que es llamado la pista internacional. Ésta será utilizada para doblar la película en diferentes idiomas. Sin esta pista se tendría que recrear todos y cada uno de los sonidos para el doblaje de la misma a otros idioma.

Es importante asegurarse de que el sonido del ambiente coincida con el guión; no grabar escenas de mañana en la noche, ya que la mañana y la noche no suenan igual (pajaros-grillos). De la manera posible, sacar de fase a los ruidos de fondo con métodos de microfonía.

Siempre hay que grabar unos 3 minutos de room tone (tono emparejador) con el cuarto en las mismas condiciones en las que se hace la grabación de diálogos. De ser posible también tener un wild track (canal de doblaje en locación), en el que se va a regrabar lo mismo, pero en un ambiente controlado.

Para sincronizar los equipos de audio y de video y hallar de manera sencilla las tomas, debemos mantener un time code o código de tiempo con los demás dispositivos en el set. El time code, es un pulso de sincronía para que todos los dispositivos enlazados corran al mismo tiempo. En el caso del sonido directo, puede haber un reloj maestro que mande el pulso a los demás, puede ser que lo mande el equipo de sonido desde su grabadora (recomendable), o puede ser que lo tengan las cámaras, en cuyo casó se tendrá que sincronizar también la grabadora respetando su frame rate. El frame rate se refiere a cuántos cuadros van a reproducir por segundo. Hay distintos frame rates dependiendo de donde vaya a ser reproducido el video:

En las grabadoras que se utilizan, normalmente mezclamos un track de boom y un track de micrófonos Lavalier (mezclados), pero hay muchos tipos de grabadoras. Las hay de disco duro, de tarjetas CompactFlash e incluso de tarjetas SD. Lo importante es capturar sonidos de calidad. Comúnmente se graba con un bit rate o profundidad de palabra de 24 bits a 48 kHz, en formato WAV. Para conseguir un buen nivel de intensidad sonora, las grabadoras cuentan con un tono de referencia a — 20 dB FS a 1 KHz. Es una buena idea grabar diálogos a -- 8 ó — 6 dB FS. No muy cerca de la saturación, pero con un buen rango dinámico.

Finalmente se exportan los audios para que el editor de video los pueda sincronizar con las imágenes. Uno de los formatos más utilizados es el OMF (Open Media Framework) el cual es un archivo independiente de plataforma para transferencia de datos digitales entre distintos softwares. Lo importante es siempre mantener la magia del cine y lograr pasar desapercibidos.

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